1/13/2006

De partidos y candidatos: ¿cuánto vale cada uno?

¡Nada más no escribo un día y vean cómo se pone la cosa! Ayer, mientras escuchaba las notas sobre Patricia Mercado y el ataque de las botargas, pensé que este escándalo podía ser bueno o malo para la candidata de Alternativa. Malo, porque evidentemente le está complicando el arranque de la campaña y en vez de que se hable de su discurso se habla de los conflictos internos de su partido; bueno, porque le da una publicad que no podría pagar, al tiempo que genera una corriente de opinión favorable que quizá la termine apuntalando como la candidata de los grupos “progresistas”.(Artistas, intelectuales, algunos grupos feministas y de derechos humanos, etc.)

Y en esas estaba cuando se me ocurrió que sería interesante analizar a los candidatos en función de dos variables: el valor de su imagen y de la estructura de su partido para el cumplimento de sus objetivos de campaña. Dejen me explico:

Roberto Madrazo, por ejemplo, podría ser considerado como un 80/20, pues prácticamente el ochenta por ciento de su peso en la boleta se desprende de su carácter de candidato del PRI. No obstante ser una figura poco popular – según muestran diversas encuestas – se mantiene como un aspirante competitivo, gracias, en buena medida, a la presencia nacional que tiene su partido y que se refleja en el altísimo voto duro que mantiene (alrededor de 11 millones de votos, según se ha visto en las recientes elecciones intermedias).

En otras palabras y hasta este momento, Madrazo le aporta poco a la votación del PRI pero tiene un excelente punto de partida.

Felipe Calderón, por su parte, podría ser visto como un 60/40. Si bien el PAN ya cuenta con una base electoral sólida (cerca de 8 millones de votos, según el mismo parámetro), necesita atraer a votantes no panistas para poder ganar la elección, tal y como lo vivimos en el 2000.

En el caso de Andrés Manuel López Obrador, yo vería un escenario de 33/66, en donde el partido le aporta poco (entre 5 y 6 millones), por lo que necesita casi triplicar su votación, lo que desplaza la carga sobre el candidato más que sobre la estructura del partido.

Finalmente, en el caso de Alternativa me queda claro que no tiene una estructura y que será la imagen de su candidata la que le permita aspirar al 2.1 por ciento que requiere para mantener el registro (un esquema de 5/95); situación distinta a la de Roberto Campa, que si todo sale como espera la Maestra Elba Esther Gordillo, bien podría emplear a la estructura del SNTE para saltar la barda del dos por ciento. (¿95/5?)

Por supuesto, los porcentajes mencionados únicamente pueden servir para entender las fortalezas y carencias de cada candidato y no pretenden ser un espejo de la realidad.

¿Cómo incide esta lectura en cada una de las estrategias? Ya lo comentaremos en otras entregas. Saludos y que tengan un buen fin de semana.