1/31/2006

La misión de Demetrio Sodi

Si las campañas a la Presidencia pintan poco en las primeras planas y columnas políticas, qué podemos esperar de la cobertura a la elección para la Jefatura de Gobierno. Por eso no sorprende que se haya escrito tan poco sobre la designación de Demetrio Sodi como el candidato del PAN. Entre otras razones, supongo, por la “verdad” casi unánimemente aceptara que sostiene que el 2 de julio sólo puede ganar Marcel Ebrard. Quizá sea cierto. Sin embargo, no hay que olvidar que no siempre se hace campaña para ganar y éste pudiera ser uno de esos casos.

Sodi, pese a lo que diga en público, bien podría entregar buenas cuentas al panismo aun perdiendo en las urnas, sí con su campaña logrará tres objetivos:

1. Recupera para el PAN las delegaciones que hace menos de cuatro años gobernaba: Cuajimalpa, Alvaro Obregón y Azcapotzalco, que sumadas a Miguel Hidalgo y Benito Juárez, fueron ganadas por Acción Nacional en la elección del 2000.

2. Le quitara votos al PRD. Andrés Manuel López Obrador, no obstante su crecimiento nacional, sigue siendo un candidato mayoritariamente apoyado en la zona centro del país. Por eso, arrebatarle un voto en el DF es especialmente valioso para las aspiraciones de su candidato a la Presidencia, Felipe Calderón.

3. Lograra convencer a los cientos de miles de electores que no han votado en los últimos cinco años, para que vuelvan a salir a las calles y le den su apoyo al panismo; éste debe ser el objetivo más importante de su campaña porque contrario a lo que se suele pensar, el DF no es una Ciudad que haya validado en las urnas su amor al PRD. Veamos algunos datos.

En la elección para delegados del año 2000, el PAN obtuvo alrededor de 1 millón 400 mil votos; tres años después, el número de sufragios cayó prácticamente a la mitad con tan solo 700 mil. Al PRI le fue todavía peor pues de poco más de un millón que recibió en el 2000, sólo se quedó con 300 mil en la siguiente votación.. Lo interesante es que el PRD no fue quien capitalizó a esos votantes inconformes, de lo contrario, no habría perdido casi 300 mil votos al pasar de 1 millón 600 mil a 1 millón 300 mil. Sí, leyeron bien, con el llamado efecto AMLO, el Partido del Sol Azteca obtuvo menos votos que en la elección inmediata anterior.
Bastan estos datos para preguntarnos a dónde se fueron un millón y medio de votantes entre el 2000 y el 2003…al abstencionismo, evidentemente. Para ser más específicos, a lo que Ralf Dahrendorf llamó el “abstencionismo asimétrico”, pues como podemos ver no todos los partidos sufrieron en la misma proporción el rechazo ciudadano a las urnas.
El reto para Sodi, por lo tanto, es generar un ánimo que permita que los no-perredistas “salgan del closet”; en otras palabras, lo que tiene que evitar es que se produzca lo que se conoce como la “espiral de silencio”, que implica que ante lo abrumador que parece el triunfo inevitable del Sol Azteca, el resto de los electores prefiera quedarse en su casa, o peor aún, opte por sumarse al que de “todos modos va a ganar”.

¿Podrá el candidato del PAN cambiar esta tendencia? Ya lo veremos, pero por lo pronto, ahí tiene una ventana de oportunidad que habrá que ver si sabe aprovechar.

2 Comments:

At 9:26 a.m., Anonymous Anónimo said...

Difiero, algo,en algunos puntos. Pero en lo que más difiero es sobre tus conclusiones, de las elecciones del 2003.
No es comparativo una eleccion presidencial con elecciones a diputaciones o delegacionales. Por todos es sabido que no se maneja igual la gente.
Pero bueno segun tus datos y los hechos tenemos:
1.En el 2000 AMLO inicio su gobierno sin MAYORIA ABSOLUTA en la Asamble (ALDF).
2. Tres (3)años despues, en las elecciones, el PRD llego a tener la MAYORIA ABSOLUTA. Sea como sea eso indica un cambio.
3. Sin embargo si no NOTAS la diferencia, podemos hechar numeros y de acuerdo a tus datos tenemos:
PAN pierde el 50% de votos.
PRI pierde el 70% de los votos.
PRD pierde el 19% de los votos.

Si suponemos que el abtencinismo es del 20% (entre una eleccion presidencial y una que no es presidencial) entonces todos pierden menos votos e incluso el PRD ganaria un 1%.
4. Ralf Dahrendorf llamo el “abstencionismo asimetrico” pero en condiciones de igualdad de valoracion.. o no? No es lo mismo una elección presidencial con otra de diferente indole. Tienen que ser del mismo tipo de elección.

 
At 10:35 a.m., Blogger Unknown said...

De acuerdo en que nos comportamos distinto en una elección federal o local, pero creo que las cifras -incluso las que tú señalas - confirman las conclusiones: el PRD, con menos votos, ganó más posiciones.

Y como también documentas, el abstencionismo afectó de manera distinta a los tres partidos.

No está demostrada en las urnas una transferencia de votantes priístas y panistas al PRD, aunque probablemente eso se dé, eso todavía no ocurre.

 

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