1/25/2006

Madrazo, el debate y el martes negro.

Desde que empezaron las campañas, me parece que han sido dos los momentos más importantes. El primero, cuando se dieron a conocer las encuestas de Reforma, Consulta, María de las Heras, etc. Con los resultados en los medios, se desató el primer debate importante que en mi opinión, terminó con dos resultados claros: López Obrador salió fortalecido de la tregua y se mantiene como el puntero; y dos, Madrazo se ubica en tercer lugar y es quien más riesgos está corriendo. En el caso de Calderón lo “noticioso” fue que perdió parte de la inercia que traía a finales del año pasado, y que aún está a varios puntos de AMLO.

El segundo momento importante tuvo lugar ayer, pues lo que ocurrió nos da una idea de cómo se tienen que mover los tres principales candidatos. (Ver la síntesis de prensa en Enteratehoy)

En el caso de Calderón, tiene que actuar como el retador. En ese sentido, necesita tomar la iniciativa y apuntar sus reflectores hacia AMLO. Aunque algunos piensan distinto (lo cual, respeto, por supuesto), a mi me pareció que en la entrevista con López Dóriga, Calderón mostró su capacidad como polemista. Respondió rápido, mantuvo en orden su lenguaje corporal (aunque coincido que la sonrisa no le ayuda), y fue capaz de impulsar sus mensajes.

Con ese activo y conocedor de las limitaciones de AMLO (es célebre su lentitud al hablar), Calderón ayer colocó sobre la mesa el tema de los debates. El panista necesita debatir ya con el ex Jefe de Gobierno. Si ese debate se da físicamente, mejor para él, sino, de todos modos requiere que en los medios se les ponga sobre el mismo ring.

Con la misma lógica, es natural que a López Obrador no le interese el debate. Va adelante y no necesita exponerse. Es más, el discurso de Metlatónoc sobre la estabilidad económica debe ser entendido en esa misma dinámica. Lo explicaba muy bien Yuriria Sierra – compañera en Imagen y columnista de Milenio – AMLO tenderá a correrse al centro político para no espantar a nadie. Calcula que si se cuida, puede mantener la diferencia y así ganar el próximo 2 de julio.

Y finalmente en el caso de Madrazo, el reto que tiene por delante es revertir la percepción de un candidato derrotado. No la tiene fácil. En los medios, se ha repetido una y otra vez que es la primera ocasión en la que el candidato del PRI no inicia como puntero. Es más, el impacto ha sido hasta interiorizado en el discurso del candidato, que en al menos dos ocasiones ha dicho que ya tocó fondo. Si bien su “optimismo” podría tener respaldo en el voto duro del PRI, lo cierto es que un desplome en las expecativas sobre su candidatura, podría traducirse en una migración de operadores y militantes hacia las filas de otros partidos políticos.

Por eso es tan grave lo que le ocurrió ayer. Según ha explicado Francisco Garfias en La Crónica, el abucheo que recibió el priísta no fue producto de la casualidad . Le creo. Es posible que la inconformidad espontánea se haya sumado la operación de algunos expriístas que conocen bien el terreno. Pero en política, todos lo sabemos, lo que parece, importa tanto como lo que es, y si la dinámica del repudio se repite, se generará una espiral descendente en la que todos – medios y políticos – sólo estarán pendientes del próximo tropezón de Madrazo.

¿Podrá parar esta inercia? Quizá, pero necesita obtener una victoria en el corto plazo (un aval, una adhesión importante, un alza en las encuestas…algo). De lo contrario, será muy difícil que modifique la naciente tendencia.

PD. Les debo mis comentarios sobre la entrevista de López Dóriga a Madrazo.