2/24/2006

López Obrador y su teflón; Ni Nacif ni Sandoval, nada toca al Rayo de Esperanza

Quien sigue presentando un impactante control de daños es Andrés Manuel López Obrador. Ahí está como ejemplo, la manera en que ha impedido el surgimiento de un escándalo luego de la reunión entre su encargado de finanzas, Federico Arreola, y el polémico empresario Kamel Nacif, célebre por su participación en los casos de Lydia Cacho y el Gober precioso.

Llama la atención cómo algunos medios – La Jornada , en particular - han hecho más ruido con los presuntos donativos del empresario a Vamos México –asunto que ha negado Marta Sahagún y del que hasta el momento no hay pruebas – antes que con la aceptación por parte de Arreola de la existencia de dicho encuentro.

También el perredista ha mantenido a raya las críticas por su cercanía con Enrique Ibarra, ex príista de Jalisco que apenas renunció hace algunas semanas al partido tricolor para convertirse en candidato por el PRD. Y lo mismo podríamos decir de sus encuentros con jerarcas de la Iglesia Católica - como el de ayer con Juan Sandoval Iñiguez - de los que prácticamente nadie ha dicho nada.
¿Es casual ese trato privilegiado? Por supuesto que no. Habría que entenderlo, por un lado, por la capacidad de operación política de su equipo, por el otro, por su red de aliados en los medios construida desde su paso por el Gobierno del Distrito Federal; red que por lo visto, sigue funcionando muy bien.